Antes de desvelar cuál es la mejor silla ergonómica para anatomías femeninas, haremos un breve repaso sobre el diseño industrial de sillas y las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres.
La antropometría es la ciencia que estudia las dimensiones del cuerpo tanto a nivel estático (escalas y proporciones) como a nivel funcional (movimientos). En el siglo XX Corbusier y Henry Dreyfuss, padres de la antroprometría, revolucionaron el diseño industrial.
Tanto es así, que actualmente, los parámetros que utilizan los diseñadores de sillas de todo tipo se basan en el estudio antropométrico precisamente, de estas dos personas.
Definir la relación matemático estadística entre la altura de una silla con relación al escritorio y determinar los tamaños y distancias para que la interacción humana con dichos elementos sea cómoda para el promedio de los seres humanos y sus rangos de variaciones, es algo que hoy en día damos por sentado. Sin embargo, aunque nos resulte básico es fruto de siglos de mediciones y estudios.
Podemos decir que Henry Dreyfuss fue el hombre que parametrizó al ser humano a mediados del siglo XX. Con este fin, publicó en 1960 una influyente obra denominada “La medida del hombre: Factores humanos en el diseño” en la que la ergonomía adquiere una gran relevancia, como si de “ingeniería humana” se tratase.
Para llevar a cabo el estudio antropométrico, Dreyfuss creó dos modelos estandarizados: Joe y Josephine.
No cabe duda, que las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres son evidentes y deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar espacios y productos como puede ser una silla.
En general, los hombres difieren de las mujeres en peso y talla. Aunque sabemos que existe una tendencia evolutiva de que las diferencias entre sexos disminuyan con los siglos, anatómicamente aún no somos iguales hombres y mujeres. De hecho, en la actualidad, se estima que los hombres son 15-30% más pesados y 5-12% más altos que las mujeres.
Además, la estructura ósea de los hombres es mayor que la de las mujeres, concretamente en brazos, piernas y dedos. Esto es un factor por el que los hombres suelen tener músculos más fuertes.
Por último, otro de los puntos fundamentales es la diferencia estructural entre la pelvis masculina y la femenina. Esto se debe a que la pelvis de la mujer, además de actuar como sostén de las vísceras, tiene otro objetivo. En el caso de la mujer, la pelvis sirve de medio de gestación y debe tener la forma especial para que el bebé pueda pasar a través de ella en el momento del parto.
Una vez conocidas las diferencias entre sexos, en Ergono os queremos presentar la mejor silla ergonómica para mujeres. Se trata de la silla Sayl del fabricante americano Herman Miller.
¿Porqué Sayl es la silla más recomendada para el público femenino?
Os lo contamos con 3 argumentos:
- Una de las prestaciones más interesantes de la silla Sayl, que también tienen otros modelos de Herman Miller, es la posibilidad de inclinar el asiento hacia adelante, postura especialmente confortable para anatomías femeninas. Esta inclinación permite una posición erguida del tronco con lo que conseguimos recuperar la curvatura natural de la columna en la posición erguida.
- Además, su respaldo de malla de polipropileno, se adapta perfectamente al cuerpo de la mujer, envolviéndole la cintura y proporcionándole un perfecto encaje del sacro. Como hemos mencionado anteriormente, las peculiaridades que presenta la pelvis femenina hacen que la mayoría de las mujeres basculen el sacro hacia fuera. La forma en la que se unen el respaldo y el asiento de la silla Sayl aporta una comodidad incomparable al público femenino.
- Por último, el asiento de goma espuma inyectada de la silla Sayl presenta un diseño muy confortable especialmente para las anatomías femeninas.
A estos motivos, se une la estética inconfundible y rompedora que presenta esta magnífica silla. No cabe duda que Herman Miller ha conseguido crear con Sayl la silla idónea para las mujeres.